jueves, 14 de enero de 2010

Sin Instituciones no hay Futuro

Analizando los acontecimientos que suceden en los países vecinos, me da una sensación de envidia. Alguien pensará, envidia sana. No lo se todavía.


En la actual Latinoamérica existen dos tipos de tendencias políticas ideológicas.

Las dos, basadas y sostenidas en lo que sería una especie de izquierdas.

Uno de los grupos, sería de una tendencia moderna. Orientada a lo productivo. Donde el estado está presente pero no con una ingerencia directa en la actividad económica. Este grupo está compuesto por Brasil, Chile, Uruguay.

El otro grupo, con tendencia populista. Está formado por Venezuela, Ecuador, Bolivia. Con un fuerte intervencionismo del estado en todos los aspectos de la vida económica.

El resto de los países latinoamericanos se encolumnan con más o menos matices en alguno de estos grupos.

Colombia, es el más dispar, ya que actualmente se puede clasificar como poseedor de un gobierno orientado a “la derecha” de los demás. Su compromiso militar con los EE.UU. es un buen indicador.



La Argentina se encuadra dentro del último grupo. En el grupo de la orientación populistas, donde se empieza a percibir un aumento del intervencionismo del gobierno en distintas actividades económicas (AFJP, transmisiones de futbol, ley de medios, etc).



Además de las tendencias económicas, dentro de cada una de esas tendencias políticas económicas, está el respeto por el funcionamiento de las instituciones.

Una señal de respeto a las mismas es la sucesión presidencial.

ALGUNOS EJEMPLOS

Tanto Brasil, Chile como Uruguay tuvieron recambio presidencial sin recurrir a métodos poco ortodoxos.

En Brasil, el presidente Lula da Silva tiene un altísimo porcentaje de imagen positiva. Cerca del 70% de los brasileros lo aprueban. A el no se le pasó por la cabeza reformar la constitución de su país para poder seguir siendo presidente, siendo el más exitoso en lo político y en lo económico del Brasil.

Se va. Deja paso a otro dirigente.

En Chile, Lagos se fue del gobierno con los máximos índices de popularidad. El recambio dejó paso a Michelle Bachelet quien probablemente haga lo mismo el próximo año.

En Uruguay se produjo el siguiente episodio. Por un lado y siguiendo con este razonamiento, Tabaré Vazquez no buscó la reelección a pesar de tener un alto índice de popularidad, hizo un paso al costado y luego de pasar por internas partidarias llegó a la presidencia de Uruguay el ex montonero y campechano José Mujica.

Pero este país además y a diferencia de nosotros, la Argentina, respetó el calendario electoral. No adelantó ninguna elección en medio de la crisis internacional. La tenían programada para Octubre y así ocurrió.



NUESTRO CASO

Todos los que tuvieron acceso al poder en la sociedad argentina en los tiempos contemporáneos modificaron o intentaron modificar la constitución para asegurarse la continuidad en el poder.

Perón modificó la constitución para poder presentarse en las elecciones del año 52. Es reelegido presidente.

Alfonsín intentó modificar la constitución en tiempos de alta popularidad. Se habló de un tercer movimiento histórico, que luego desbarrancó y terminó en la hiperinflación y entrega anticipada del gobierno.

Menem modificó la constitución para poder presentarse a las elecciones del año 1995. Gana las mismas e intenta hasta último momento conseguir una interpretación a la constitución modificada que le permita presentarse a una re-reelección en el año 1999.

El caso Kichner es todavía más particular y porque no más paradigmático ya que no intenta modificar la constitución sino que instala una forma particular de sucesión presidencial a través de lazos sanguíneos. Néstor Kichner eligió prácticamente “a dedo” a su sucesor presidencial. Eligió a su esposa, Cristina Fernandez. Sin internas partidarias. Es un caso único en el mundo democrático, donde intervienen partidos políticos y que en teoría eligen a sus candidatos.

Es tan paradigmático este caso que Cristina Fernandez ha sido la única candidata presidencial en el mundo democrático contemporáneo que en la campaña presidencial no dio ninguna nota periodística ni conferencia de prensa a los medios de comunicación.



En los países vecinos todo es mucho más normal que acá. Las instituciones funcionan. Simplemente porque se respetan las leyes. Por estos motivos, mi envidia por los vecinos.


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