lunes, 18 de enero de 2010

El Estado Colapsado

Los argentinos en general y los pergaminenses en particular nos hemos sentido consternados y dolidos por los hechos que son de público conocimiento en los sucesos de la tragedia de la familiar Pomar.


El hecho que a una familia le toque pasar por un terrible accidente donde 4 integrantes familiares fallezcan en el mismo, ya es algo que no se puede comparar ni se puede imaginar el dolor que eso produce.

Si a ese hecho le sumamos una espera de 24 días para saber que les pasó, es todavía mucho más doloroso.

Una familia destrozada por la tragedia inútil y evitable.

Pero esa posibilidad de evitar lo sucedido está como casi siempre vinculada con el Estado.

El Estado es el encargado de ejercer de manera directa o a través de las empresas concesionadas el control y cuidado de las mismas.

Mantenimientos básicos, mínimos, que disminuyan la posibilidad de accidentes. Banquinas desmalezadas, cinta asfáltica demarcada, señalética moderna.

Eso en nuestro país y en la provincia de Buenos Aires parece mucho pedir.

Existe en la ciudadanía una “sensación” de estar integrando e interactuando en un sistema donde casi nada funciona, donde todo lo que se toca está contaminado por la ineficiencia y la desidia.

Una ineficiencia crónica, enquistada en una administración que no cumple con uno de los principios básicos en el funcionamiento de cualquier sistema que es el balance entre premios y castigos. Ya lo expresaba Discépolo en los años 20, la Biblia junto al calefón; lo mismo da ser un burro o un gran profesor.

Parece que existen dos mundos administrativos paralelos en nuestro país.

Por un lado el mundo donde los ciudadanos tenemos que agudizar la imaginación para que en nuestros emprendimientos, independientemente del tamaño de los mismos, sean exitosos, eficientes, competitivos. Desarrollando productos. Investigando mercados. Cuidando a los clientes. El premio es el éxito comercial. El castigo, la salida del mercado.

El otro mundo es el de la burocracia estatal. Una máquina casi perfecta de impedir en la Argentina. La administración pública en todos sus niveles (nacional, provincial y municipal) y en todos sus aspectos (justicia, policía, educación, políticos, etc.).

Dicha administración está integrada por burócratas. Estos tienen la rara habilidad de realizar la ilusión de querer cambiar las cosas que no funcionan y sin embargo dejan todo como está planteado siendo ellos mismos los primeros beneficiarios.



EL EJEMPLOS MAS CRUEL

El caso Pomar nos hizo recordar la terrible ineficiencia de la Policía bonaerense. El caso es para el libro de los records.

No encontrar un auto accidentado a 10 metros de la cinta asfáltica en plena pampa llana argentina durante 24 días, no es poca cosa. Va a resultar muy difícil de empardar este triste record.

Rastrillajes mal realizados o nunca hechos. Búsquedas en lugares poco probables (ríos y arroyos) y no en caminos factibles desde el último punto donde fueron vistos por última vez.

Información suministrada a los medios desde la Fiscalía y la Policía estableciendo las hipótesis más disparatadas y falaces, poniendo en tela de juicio la integridad moral de esta familia y sus integrantes. Descartando como hipótesis lo que verdaderamente ocurrió.

Falta de recursos en la fuerza. Inexistencia de profesionalidad en la superioridad. Bajísima capacitación de sus recursos humanos.

La creencia popular impulsa una idea muy clara respecto a eso.

Es un secreto a voces que la policía debe recurrir a un financiamiento extraordinario por fuera de los circuitos legales. No es nuevo, ni tampoco será eliminado en una sociedad cuya especialidad es mirar para otro lado mientras que el problema no lo afecte de manera directa.

Ojala que la tragedia de la familia Pomar no haya sido solamente el insumo para el show mediático montado por los medios nacionales.

De lo que si estoy seguro es que la tragedia de la familia Pomar dejo en descubierto a una Argentina con un Estado colapsado.

Que esto sirva para algo.


3 comentarios:

Noelia Mollo dijo...

no soy partidaria de este programa pero hicieron un compilado que recomiendo ver sobre el caso pomar:

http://www.youtube.com/watch?v=aGcL-0aAcbo

Lic. Pedro Rossi dijo...

Noelia, muy bueno... Los medios de comunicacion en general tendriamos que hacer una verdadera autocritica...

Marina Moran dijo...

“El estado somos todos.” Esta oracion resuena conmigo y me hace preguntar: si el estado somos todos, en el contexto de una sociedad democratica, todos los ciudadanos deberian tener los mismos derechos y obligaciones? Es asi realmente? Como se explican que algunos esten exemtos de obedecer reglas….desde la mas minima responsabilidad fiscal a leyes civiles o criminales? Y en cuanto a los derechos? Tebemos todos el derecho a buenos servicios de salud o acceso a una educacion adecuada? Cuales son las ramificaciones de este doble standard? En lo concerniente a la educacion rigurosa y gratuita para todos los ciudadanos, la cual es la base y sustento del sistema democratico, si no todos tenemos similares oportunidades, entonces quien termina siendo el estado? Quien tiene acceso a posiciones de poder? Quien tiene oportunidad de tomar decisiones informadas? Quien puede elegir su destino mediante la eleccion de mandatarios que conoce y en quien confia? La base ciudadanil que posee este perfil parece encogerse a diario y con ella las libertades civiles, los derechos y las obligaciones de los que conformamos ese estado. Cual es la causa raiz de la indifirencia? Podra estar relacionada al deteriramiento de las instituciones educativas del “estado”?