viernes, 18 de diciembre de 2009

La importancia de las Bases

Todas las estructuras necesitan de una base de sustentación para su buen funcionamiento. - Los edificios para hacer el techo o la terraza, necesita bases. A mayor cantidad de pisos a levantar, mayor es la base y los cimientos que se necesitan para sostenerlos. - Los partidos políticos necesitan de sus bases para funcionar correctamente. Hoy la crisis de los mismos se debe a que han perdido a sus afiliados genuinos que conformaban las bases de dichas instituciones. - La Argentina tomó como referencia las ideas vertidas en “Las Bases” de Juan Bautista Alberdi para dictar la constitución como punto de partida para la unificación de las provincias argentinas que componen lo que hoy es nuestro país. - Las empresas (pequeñas, medianas o grandes) necesitan de una referencia o base que es una línea de pensamiento que los ordene y los guíe para lograr el objetivo propuesto que se verá validado en el mercado. Esos son solo unos pocos ejemplos de organizaciones o estructuras con diferentes características y objetivos pero con algo común, la necesidad de tener una base de sustentación que posibilitará el normal desarrollo de las actividades y lograr los objetivos. Las sociedades son sistemas complejos y dinámicos lo que los hace mucho más difícil de gerenciar. Una sociedad no puede funcionar eficientemente si no tiene su base de sustentación. Así como en un edificio la base son los cimientos, en una sociedad la base de sustentación para que funcione correctamente la sociedad son los valores. Los valores son reglas o normas no escritas que son aceptadas por la mayoría del conjunto de los integrantes del sistema, en este caso los ciudadanos. Sucede que estamos viviendo una época donde los valores de la sociedad han cambiado y además se han subvertidos. Existen nuevas usanzas y costumbres motivadas quizás también por los cambios tecnológicos. Los valores tradicionales, los que formaban parte de las bases de nuestra sociedad, se enseñaban en cada una de nuestras casas, en las escuelas y en la propia calle. Hoy todo ha cambiado, se han modificado y ocupan puestos no importantes en el ranking de la escala de valores. LAS DIREFERENCIAS Lo que antes era normal, hoy es la excepción. Motivo por el cual, aquellos que tenemos cierta edad nos asombramos ante los comportamientos sociales. - La familia o el lugar donde uno pasaba sus primeros días era una fuente inagotable de transmisión de valores. La palabra del padre o madre eran sagradas. Se respetaban los horarios. Ese grupo estaba formado por el padre que salía a trabajar, la madre en casa con las tareas domésticas y en la atención de los hijos. Hoy ese formato no existe porque ya un solo ingreso no alcanza, motivo por el cual la mujer ha tenido que salir a trabajar también. Una estadística reciente indica que en nuestro país el 88% de los hogares comen mirando televisión. Algo cambió. - Antiguamente estar en el cuadro de honor de las escuelas era sinónimo de prestigio. Hoy , de existir, podría ser una carga, ya que el mejor alumno sería considerado como “traga” o “botón”. La escuela transmitía valores basados en el esfuerzo, el orden, la disciplina, el respeto al maestro, entre otros. Hoy una importante cantidad de chicos argentinos van a la escuela a comer porque sino se mueren de hambre. Con la pancita vacía no hay enseñanza que valga. Como expresa Guillermo Jaim Etcheverry en su libro “La tragedia educativa”, antes los padres iban al colegio para ver que habían hecho sus hijos, ante casos extremos de indisciplina seguramente. Hoy los padres van al colegio a ver que le han hecho a sus hijos. Pequeña diferencia semántica pero de una gravedad enorme. - La calle también educaba. La palabra del mayor era respetada. Si se encontraba a un chico rompiendo una rama de un árbol o escribiendo una pared, el mayor que lo veía le daba un reto ejemplificador, el daño se detenía y el menor aprendía a que eso no se tenía que hacer. Imagínese esa situación hoy en día. Encontrar algo en la calle era sinónimo de devolución y era llevado a la comisaría para que el dueño lo recupere cuando iba a reclamar. Si hoy alguien devuelve algo, es noticia en todos los medios de comunicación, cuando tendría que ser norma. Solo algunos ejemplos de cómo han cambiado los valores. Es por eso que nuestra gran tarea independientemente de los gobiernos de turno es recuperar o establecer una nueva tabla de valores. No importa si son los anteriores o los contemporáneos. Lo que si importa es que los respetemos.

PERDON Y GRACIAS

Editorial Del Periodista Gustavo Pérez Ruiz de LT 35 Radio Mon Pergamino emitido el Sábado 12 de diciembre a las 8,30hs por la AM 1540. PERDON Y GRACIAS Perdón Fernando, Gabriela, Candelaria, Maria del pilar… Perdón porque el derecho a la vida dejo de ser el principal derecho humano. Perdón porque lo que les paso es la metáfora mas trágica del país en que vivimos. Perdón porque el estado somos todos pero esta en manos de irresponsables, incapaces y corruptos. Perdón porque el que debió desmalezar y mantener la banquina no lo hizo. Perdón porque el que debió demarcar y señalizar no lo hizo. Perdón porque el que debió licitar, adjudicar y repavimentar no lo hizo. Perdón porque el que debió escuchar e informar las llamadas de emergencia no lo hizo. Perdón porque los que debieron rastrillar no lo hicieron o lo hicieron pésimo. Perdón por los que debieron investigar hipótesis válidas, científicas y serias y terminaron tejiendo macabras novelas, perversas fantasías, teorías sicópatas, creando monstruos irracionales, disparates absurdos, calumnias e injurias para seres que hoy ya no están para defender su buen nombre y honor. Perdón porque después de 24 días, un viaje común, un accidente (al parecer) común, de una familia típica común, terminó siendo el mas impune, injusto y vergonzozo canibalismo mediático, político e institucional. Perdón Fernando, Gabriela, Candelaria , y Maria del Pilar, porque mientras ustedes sufrían el delictivo abandono de personas, y sus familiares penaban por su aparición con vida, todos nos veíamos en el espejo menos simpático, menos agradable, ese que nos deja en el desamparo de la verdad desnuda, de las conciencias a la intemperie buscando un porqué, cuya respuesta no queremos asumir. Perdón porque esa respuesta es que somos lo que toleramos, sufrimos lo que no prevenimos, no ejercemos el poder de la rebeldía pacifica y democrática, permitimos lo que no queremos, no organizamos con coraje el no ético, el freno moral, a tantas injusticias repetidas. Perdón, Fernando, Gabriela, Candelaria, Maria del Pilar…. No quisiera ser pesimista y regalarle el idealismo romántico constructivo que nos ayuda a “creer” que esto va a cambiar a los destructores de esperanzas. Espero que haya un antes y un después de “los Pomar”. Que la muerte de ustedes no sea en vano. Que enseñe, Que deje lecciones. Que resignifique el valor de la verdad y la justicia. Que sacuda la moral y la ética de todos. Pero ha sido tanto el dolor, la indignación, la impotencia, la angustia de éstas dramáticas jornadas! Pero ha sido tanta la crueldad, la inoperancia, la negligencia, la ineficiencia, la imprevisión, la mentira descarada, el cinismo, la hipocresía, la manipulación política, el escándalo, la vergüenza, el sensacionalismo amarillista, la falta de respeto! Perdón Fernando, Gabriela, Candelaria y Maria del Pilar… Perdón y Gracias. Porque de vez en cuando el extremo limite del dolor de la perdida, es lo único que nos hace pensar, sentir, y saber que estamos en una profunda crisis del deber, que pone en crisis terminal al derecho. Cuando no se hace lo que se debe, se pierde lo que por derecho nos corresponde. Perdón y gracias. Descansen en paz. Aquí seguiremos soñando, luchando y esperando que el hombre deje de ser el lobo del hombre.