Los legisladores se aumentaron el sueldo el 100% en el momento más inoportuno, cuando los demás sectores están luchando para obtener un 25% de mejora en sus ingresos. Mientras tanto los ciudadanos mortales viajan y mueren como sardinas en lata. La clase dirigente (poderes ejecutivos y legislativos de todos los niveles) sigue demostrando que vive en una burbuja. El aumento unió a todo el arco político.
Alguien
se preguntará que relación tiene el aumento obsceno1 de los legisladores
y la tragedia de la Estación Once. De manera directa probablemente no, pero de
manera sistémica mucha.
Días
pasados los legisladores nacionales se pusieron de acuerdo. Se aumentaron en
más de un 100% sus ingresos. Nunca algo estuvo tan fuera de tiempo y
oportunidad. Desde todos los puntos de vista.
Tratando
de ver la sucesión de los últimos hechos puedo rescatar lo siguiente:
- La
Presidente empezó a hablar de “sintonía fina”, lo que el común de la gente
llama “ajuste” y en función de eso empezaron a quitar los subsidios de los
servicios básicos.
- La
Presidente se preocupó por los sueldos de los privados, donde le parecía mal la
diferencia entre unos y otros, por ejemplo los altos sueldos de los gerentes de
las petroleras.
- La
Presidente marcó los aumentos de los sueldos de las distintas actividades en no
más de un 25%.
- La
Presidente haciendo silencio respecto al tema de los legisladores, valida el
aumento obsceno. De hecho esta medida es firmada por el titular del Senado,
Amado Boudou, Vicepresidente de la Nación.
Hay
algo notable en esta circunstancia. Todos los integrantes del espectro político
(hay una mínima excepción) aprobó el aumento sin chistar. Desde los más k hasta
los Pro. De izquierda a derecha. De políticos con viejas prácticas hasta los
que dicen renovarla y tener nuevas formas. Me hacen pensar que son todos
iguales, que solo les interesa incrementar sus ingresos y defender proyectos
personales. A modo de ejemplo, la información cuenta que el 90% de los
legisladores canjeo los pasajes asignados por dinero en efectivo, ergo, a su
bolsillo.
No era
el momento oportuno para el aumento. Los demás sectores laborales están
luchando por un incremento del 25%. Pero esto es una buena noticia ya que a
partir de esto, el 100% puede llegar a ser el piso para las próximas
negociaciones salariales.
Una
semana después se produce la tragedia ferroviaria. En la Estación de Once, en
el corazón porteño, donde más duele en nuestro país. No fue un accidente porque
se pudo haber evitado. Fue la consecuencia natural de hacer las cosas mal (o no
hacer nada) durante décadas.
Se
podrá pensar que el sistema ferroviario está desbordado por la cantidad de
pasajeros. En la actualidad se transporta menos gente que en la década del 70.
Sucede
que en este coctel se mezcla componentes tales como:
- Un
Estado que combina desidia y puros anuncios de nada. Entrega sumas millonarias
en concepto de subsidios a las empresas ferroviarias y no controla
absolutamente nada.
-
Empresas inescrupulosas que no invierten en componentes nuevos ni realizan el
mínimo mantenimiento a los componentes usados.
El
destino tiene sus cosas. A pocos metros de la confitería donde murieron 194
personas fruto de la falta de controles estatales y escrúpulos privados, donde
la ineficacia se apropio del nombre propio ya que cuando uno se refiere a una
situación potencial peligroso, se expresa “esto es un Cromañon”, sucedió esta
nueva tragedia.
En un
país donde se vive en un Cromañon permanente, todo lo que sucede no es casual.
1 Obsceno (según el
diccionario de la Real Academia Española):
Obsceno:
torpe – ofensivo al pudor.
Pudor:
honestidad – modestia – recato
Creo
que queda claro porque denomino aumentos de sueldos obscenos.
Lic. Pedro Rossi
Consultor en Sistemas de Gestión
Docente de la Facultad de Cs.
Económicas de la UCA
y UNNOBA