jueves, 22 de octubre de 2009

La Selección y La Argentina

Los días pasados todos (o casi la gran mayoría de los argentinos) estuvimos pendientes de los dos partidos que tenía que jugar la Selección Argentina de futbol donde estaba pendiente la clasificación al Mundial Sudáfrica 2010. Algunos porque nos apasiona el futbol y a otros porque todos los programas de radio y televisión estaban reflejando ese tema. Semanas antes habíamos presenciado el bochorno de la organización del partido dentro de las mismas eliminatorias contra Brasil en la ciudad de Rosario. No existe un experimento social tan parecido al funcionamiento de la sociedad en su conjunto como el futbol. En este caso potenciado por pertenecer al equipo de todos, la selección nacional. No olvidemos que nuestras organizaciones, donde trabajamos y pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, está inserta dentro de macro sistemas, en este caso la organización nacional. LA SELECCIÓN Nuestra selección está compuesta casi en su totalidad por futbolistas que triunfan en el exterior, jugando en los mejores clubes del mundo (Barcelona, Real Madrid, Atlético Madrid, Inter de Milán, Ajax por citar algunos). En esos clubes, las reglas de comportamiento son muy exigentes, porque se pretende la máxima calidad en todos los aspectos. Obviamente en lo deportivo solo un equipo termina ganado el campeonato local. Nuestra selección tiene un DT, que es el que organizada, fija los objetivos, indica la forma de juego, transmite confianza y a través de su ejemplo, predica. Eso tendría que ser en la teoría al menos. La realidad refleja que la teoría dista mucho de la práctica. Este grupo de individualidades exitosas se juntan a practicar a las 17 horas. El cuerpo técnico no tiene buen diálogo con los jugadores y el líder del grupo está más preocupado de buscar enemigos afuera que soluciones y estrategias para enfrentar a los equipos rivales. Se piensa que las individualidades van a salvar al resto (Messi, el mejor jugador del mundo, Palermo, el salvador) cuando en realidad este es un juego social y colectivo. El contexto del seleccionado también deja mucho que desear. Desprolijidades por muchos lados hacen que esto se parezca más a un grupo de amigos que a una selección profesional. Cuando se jugó en Rosario cuatro mil espectadores se quedaron afuera del estadio porque sus lugares habían sido ocupados por otros que habían comprado las entradas en la reventa. LA ARGENTINA Nuestro país tiene todo para triunfar y por diversos motivos no lo hace. En lugar de crecer, involuciona, transformándose en un ícono mundial en ese aspecto. Los argentinos que se van al exterior, triunfan, sobresalen del resto en las distintas actividades y profesiones. No es raro enterarse que en algún lugar del mundo hay un argentino que ha desarrollado un adelanto tecnológico importante, en los más diversos temas. Como individualidades los argentinos en el exterior, triunfamos. Dentro de sistemas que ayudan al desarrollo y a la creatividad. Dentro de nuestras fronteras, no funcionamos. Todo nos cuesta mucho más, seguramente porque nuestro sistema es una máquina burocrática muy compleja para aquellos que optan por el camino de la normalidad y la legalidad. Creemos en los líderes salvadores, los personalismos. Somos propensos a los “unicatos”, gobiernos con personalidades fuertes. No creemos en que el verdadero salvador de nuestros problemas son las instituciones fuertes, con sucesión y recambio generacional. La desorganización en nuestro país es lo común. Nos asombramos y felicitamos cuando alguien cumple con su tarea como está escrita. La reventa existe porque hay una demanda que la satisface. Warnes existe por el mismo motivo. Todo el mundo lo sabe pero todos miramos para otro lado. EL MODELO SE ELIGE Que tengamos a Maradona de director técnico no es casualidad. Todos conocemos lo que fuera de la cancha hizo, hace y seguramente seguirá haciendo. Con nuestros dirigentes, políticos y funcionarios pasa lo mismo. Todos sabemos lo que han hecho, lo que hacen y lo que seguramente seguirán haciendo. Chile lo eligió a Marcelo Bielsa, argentino, estudioso, ordenado, disciplinado, de bajo perfil mediático. Paraguay lo eligió a Gerardo Martino, argentino, discípulo de Marcelo Bielsa, estudioso, ordenado, disciplinado, de bajo perfil mediático. Será casualidad o coincidencia. En esta instancia lo deportivo y el comportamiento social de nuestro país coincide.

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